Como siempre cuando uno no tiene ningún objetivo en el horizonte, los entrenos se vuelven desordenados, sin control, sin perserverancia. Así son mis entrenos.
Unas veces intento concatenar una semana corriendo, otras veces intento hacer kilómetros con la bici. Pero un denominador común es que no quiero dejar de entrenar.
Llevo meses que intercalo días de entreno corriendo y bici. Corriendo no soy capaz de aguantar más de 12-14 km y en bici intento que mis salidas sean de más de 50km.
La semana pasada empecé a salir por la montaña. Me gusta más la montaña que el asfalto; el poder variar de ritmos, estar rodeado de más naturaleza y ahora que el calor ya empieza a apretar la sombra de los árboles se agradece. Tras cinco días saliendo por el monte en la salida del domingo noté un pinchazo en el gemelo izquierdo cuando no llevaba más de 15 minutos. Decidí parar y aún en caliente volver trotando para casa. Con frío y una venda compresora el dolor está remitiendo y mientras tanto me desahogo con la bici.
Revisando rutas en Wikiloc, he visto una muy chula que decidí hacer hoy: fueron 90km desde S. Andreu pasando por Vilafranca, subiendo hasta Begues y luego una bajada de vértigo hasta Gavá para regresar hasta S. Andreu por S. Boi.
Hoy saqué ya la ropa corta del armario pero me llevé unos manguitos por si acaso. Y bien que me vinieron porque en S. Andreu lucía el sol pero en las zonas de sombra de Martorell a S. Sadurní hacía fresco, así como desde Avinyonet Nou hasta Gavá porque había bastante niebla.
En Avinyonet Nou
Así pues, seguimos entrenando. Poco a poco, con perseverancia pero sin ningún objetivo. Hace tiempo que dejé las competiciones de running y ahora me pica el gusanillo de hacer alguna ruta o competición en bici.
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